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Uno de los pocos whiskies del mundo que sigue conservando la Garantía Real Británica
Por Alicia González
Si hay un whisky con gran trayectoria dentro de las bebidas espirituosas es sin duda Johnny Walker. Un whisky que nació en que se originó en la ciudad escocesa de Kilmarnock, East Ayrshire. Es una marca que se remonta a 1805 y fue fundada por un granjero que se aventuró en el mundo de los comestibles. Y fue en su pequeña tienda donde John Walker, con solo 20 años, se dio a conocer vendiendo sus propias mezclas de whisky.
Es uno de los pocos whisky’s que siguen manteniendo la Royal Warrant -garantía real británica- concedida por la reina Victoria y el Rey Albert. Y ahora, 200 años después, celebran su trayectoria con el John Walker & Son Celebratory Blend. Cuya botella tiene un valor de 56,25 euros.
El emblemático whisky Johnnie Walker vuelve a las raíces
John Walker & Sons Celebratory Blend está inspirado en un momento histórico de la marca: el lanzamiento de Old Highland Whisky. Esta fue la primera marca comercial de John Walker & Sons, producida en la década de 1860, con su distintiva botella cuadrada y la etiqueta inclinada que llevó el whisky de Escocia a todos los rincones del planeta.
Fue ahí donde comenzó la trayectoria que aún hoy llega a todos los rincones de nuestro planeta. Se trata de una mezcla rica y compleja inspirada en los primeros sabores creados por la familia Walker guardaba y que utilizaba whiskies de destilerías que estaban en funcionamiento en ese momento. Este whisky escocés blended se asemeja en fuerza y sabor al vendido durante aquella época. Un brebaje formado por notas de pasas dulces y especias sutiles, que se convierten en toques de nueces tostadas y delicada turba, con un suave final a pimienta. Este whisky puede servirse solo o con hielo. Aunque también puede añadirse a los clásicos cócteles de whisky como el Manhattan o el Whisky Sour.