Por :Carlos Rodríguez
En momentos de tensión y adversidad cómo ahora , es vital recordar que ni el fuego ni las armas representan el mayor peligro; más bien, es la obediencia ciega que a menudo eclipsa el pensamiento crítico. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de cómo liderazgos pueden prevalecer sobre ideologías, moldeando los destinos de muchos y, en ocasiones, llevando a la manipulación de las masas. Juan Bosch, nuestro gran maestro, nos enseñó que la verdadera libertad radica en la capacidad de pensar y cuestionar.
En su obra “El oro de los tigres”, Bosch nos invita a reflexionar sobre la importancia de la razón y el entendimiento. “Nosotros los hombres, los del pueblo, tenemos que aprender a evaluar las cosas”, escribió, señalando que solo a través de la crítica racional podemos liberarnos de las cadenas de la sumisión. La cura para la obediencia ciega reside en la formación de una mentalidad crítica y analítica, que nos permita discernir entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto.
Los miembros del Partido de la Liberación Dominicana debemos promover este pensamiento autónomo en nuestras filas. En un año electoral, es esencial que nuestra voz se alce no solo para defender nuestras convicciones, sino también para cuestionar y desafiar aquellas ideas que pretenden mantenernos en la oscuridad. La valentía de cuestionar las verdades asumidas es lo que nos permitirá avanzar y construir un futuro donde la justicia y la equidad primen.
Así que, como peledeístas, abracemos el legado de Juan Bosch y fomentemos el pensamiento crítico en cada uno de nuestros espacios. La transformación que buscamos inicia en nuestra mente. Solo así podremos responder de manera efectiva a los desafíos que enfrentamos y construir un país donde cada individuo sea dueño de su propio destino.